Pequeñas nociones: ¿es lo mismo VIH que SIDA?

¡¡Muy buenas, hipocondríacos de nuestros amores!!

Cuando hablamos de VIH y SIDA, todos parecemos saber de qué estamos hablando; creemos conocer, pero muchas veces no es así. Por esta razón, hoy os vamos a presentar una serie de nociones básicas sobre esta enfermedad, pues ya sabemos que siempre es mejor prevenir que curar. ¡Esperamos que os sirva!

El VIH es el Virus de Inmunodeficiencia Humana, es decir, es el virus que causa el SIDA -Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida-. Así, cuando una persona se infecta del virus, se dice que está infectada por VIH, pero no quiere decir que presente SIDA. La persona presenta SIDA cuando el virus ha debilitado el sistema inmunitario, dejando a la persona inmunodeprimida -su sistema inmune funciona de forma anormal-, lo cual favorece la aparición de otras infecciones, denominadas oportunistas (entre estas, destacan las infecciones pulmonares y digestivas) y ciertos tipos de cáncer.

Respecto a su transmisión, debemos destacar que puede ser contagiado tanto por enfermos -personas con SIDA- como por portadores -personas que presentan el virus-, y que esta transmisión se puede dar por sangre, contacto sexual y de madre a hijo. 

• Sangre:  mediante transfusiones sanguíneas -esto ocurría antes del conocimiento de la enfermedad, sobre los años 1970 y 1980, ya que ahora se comprueba la presencia de VIH en sangre y órganos antes de que estos sean donados-, y por compartir agujas, en el caso de drogas inyectables.

• Contacto sexual: el virus se puede encontrar en la sangre, el semen, los flujos vaginales, la sangre de la menstruación y la leche materna -también en la saliva y otros fluídos orgánicos, pero en estos no contagia-. Por esta razón, el uso de medidas de seguridad como el preservativo, junto con pruebas para saber si se tiene el virus o no (muchas de las infecciones se deben a que la gente no sabe que es portadora), pueden evitar miles de las infecciones que se producen anualmente a nivel mundial. Es necesario recordar que tanto las prácticas heterosexuales como homosexuales, incluyendo el sexo oral, presentan riesgo de transmisión.

• Transmisión madre-hijo: se puede producir durante el embarazo, el parto o la lactancia -por estar en contacto con sangre y leche materna. Ante los riesgos, es necesario que estas mujeres hablen con su profesional sanitario. 

Para su prevención, os presentamos cuáles son las acciones a llevar a cabo:

• Diagnóstico y tratamiento de los portadores y enfermos: el diagnóstico precoz y el tratamiento retroviral -evita que el virus se reproduzca- ayudan a evitar la infección, y en el caso de presentarla, a llevar una vida normal.

• Drogas: en el caso de su consumo -claramente prohibido y nada recomendable-, no comparta agujas ni jeringas. Hay organizaciones que ofrecen gratuitamente jeringas y agujas estériles, y que además pueden ofrecer ayudas para salir de las drogas. 

• Medidas de seguridad: en caso de mantener contacto con una persona infectada, las medidas de seguridad como el uso de guantes y mascarilla, junto con ropa protectora y el hecho de cubrir correctamente heridas abiertas con apósitos, suponen una prevención esencial (esto está dedicado especialmente a los profesionales sanitarios) .

• Sexo: el único método para evitar la transmisión es la abstinencia; de todas formas, el uso correcto de los métodos de prevención como el preservativo, la realización de prácticas sexuales de forma segura, o  el hecho de mantener relaciones con una sola persona -pareja monógama-, también contribuyen a reducir las infecciones.

• Maternidad: en el caso de querer quedarse embarazadas, esto deberá ser consultado con sus médicos; además, la lactancia será evitada -con el fin de evitar la infección.

Esperamos que este post os haya servido de algo. Para más información, os dejamos el enlace de la OMS sobre el SIDA y el VIH, y os recordamos, como siempre, que ante cualquier duda, acudáis a vuestro especialista.