martes, 24 de novembro de 2015

Falsos mitos: Alimentación.

Nuestros hábitos alimenticios determinan en gran medida nuestro estado de salud general, por lo que mucha gente está preocupada por cuidarlos. 
Sin embargo, existe una gran cantidad falsas creencias en torno a ciertos alimentos o productos, que es necesario desmentir. A continuación, os explico algunas de dichas creencias sobre la alimentación, que a pesar de estar ampliamente extendidas, son erróneas.

  • Los productos "light" ayudan a adelgazar.
Un producto light es aquel al que se le ha reducido, como mínimo, un 30% de calorías. Este producto, aporta menos calorías que el original, pero sigue teniendo calorías.
Si abusamos de estos productos podemos desequilibrar la ingesta energética y calórica, consumiendo más energía de la que necesitamos y, en consecuencia, engordando.

  • El pan engorda. 
Este alimento, es rico en azúcares complejos, siendo dicho nutriente el que nuestro cuerpo necesita en mayor proporción.
El pan ha de formar parte de nuestra dieta diaria, ya que lo que realmente puede producir un aumento en las calorías consumidas es su acompañamiento (embutidos, mantequilla, salsas...).
Además, acompañando al mito de que el pan engorda, está la creencia de que la miga engorda más. Esto es totalmente falso, ya que la miga y la corteza son el mismo producto. La única diferencia es que la corteza se deshidrata por el proceso de horneado y la miga conserva mayor cantidad de agua, lo que le da su aspecto esponjoso.

  • Las grasas vegetales son más sanas que las grasas animales.
Los aceites vegetales, por lo general, son más saludables que las grasas animales. Sin embargo, existen dos excepciones importantes: el aceite de coco y el de palma. Estos dos aceites, a pesar de ser vegetales, contienen grandes cantidades de grasas saturadas, perjudiciales para nuestro organismo. Aumentan los niveles de colesterol en sangre y pueden afectar a nuestro sistema cardiovascular.
No obstante, los aceites de oliva y de semillas (maíz, girasol, soja...) contienen elevadas cantidades de grasas insaturadas, que ayudan a reducir los niveles de colesterol en sangre.
Es importante, por lo tanto, leer bien las etiquetas de los productos que compramos. Si en la etiqueta solo pone "aceite vegetal", sin aclarar cual, es mejor desechar ese producto.

Resultado de imagen de grasas vegetales

  • Los productos integrales adelgazan.
Los productos integrales se diferencian, exclusivamente, en que contienen mayores cantidades de fibra y minerales, pero su contenido energético sigue siendo el mismo. 
La fibra posee un importante poder saciante, pudiendo evitar que consumamos más cantidades de otros productos. Además, ayuda a regular el tránsito intestinal y a evitar picos de glucemia.
Por ello, es recomendable consumir productos integrales, pero no en grandes cantidades, ya que engordan lo mismo que los productos no integrales.

  • Los frutos secos engordan.
Si se consumen en grandes cantidades y como suplemento adicional a nuestra alimentación, nos harán ganar peso. Sin embargo, si se toman incluídos en nuestra dieta, nos ayudarán a controlar nuestro peso debido a su poderoso efecto saciante. 

  • Los suplementos vitamínicos son necesarios para cubrir las necesidades nutricionales.
Nuestro cuerpo necesita las vitaminas y minerales en mucha menor cantidad que los azúcares, grasas o proteínas; por lo que siguiendo una dieta variada y equilibrada no tendremos ningún problema para cubrir nuestras necesidades vitamínicas diarias.
Además, existe también la falsa creencia de que en ciertas épocas del año tomar suplementos vitamínicos aumenta nuestras defensas. Este mito, a parte de ser erróneo, puede traer consecuencias para nuestra salud y dar lugar a la aparición de nuevas enfermedades.
Solo deben tomarse suplementos vitamínicos bajo prescripción médica.


  • Tomar la fruta como postre engorda.
La fruta aporta las mismas calorías, antes, durante o después de comer. Se recomienda consumir la fruta antes de comer por su alto contenido en fibra y el poder saciante que esta aporta, ya que nos evitará consumir mayores cantidades de otros alimentos.


  • Beber agua durante la comida engorda.
El agua no aporta calorías y por lo tanto, no engorda. Es necesaria para vivir porque nos hidrata, transporta ciertos nutrientes y es el medio en el que se producen la mayoría de reacciones químicas de nuestro metabolismo diario.


  • Los alimentos frescos son más nutritivos que los congelados.
El frío mantiene las calidades de los alimentos sin alteración, por lo que cualquier alimento congelado va a aportarnos los mismos nutrientes que si lo comiésemos fresco.

  • El café aumenta la tensión arterial.
La cafeína es un estimulante, pero su efecto sobre la tensión arterial es mínimo, sobre todo frente a otro tipo de productos como la sal. Esta, utilizada en exceso, puede disparar los níveles de la tensión arterial.


  • Mezclar proteínas e hidratos de carbono engorda.
Muchas dietas, utilizan como base esta afirmación, a pesar de que no tiene nigún fundamento científico. Además, es muy difícil separar los alimentos en función de los nutrientes que aporta, ya que todos ellos contienen una mezcla de varios, aunque puedan aportar mayores cantidades de un nutriente en concreto.

  • Mi exceso de peso es por la retención de líquidos.
Tanto el sobrepeso como la obesidad se caracterizan, científicamente, por un exceso de grasa corporal, no de líquidos. No debemos utilizar indiscriminadamente diuréticos con la intención de disminuir nuestro peso, ya que no serían efectivos y podrían causarnos daños.

  • Engordo porque mi metabolismo es muy lento.
Las calorías que necesita una persona van en función de su edad, peso y talla. Por lo tanto, cuanto mayor sea su peso, mayor será su metabolismo. 
La masa muscular es la encargada de quemar calorías, por ello se recomienda realizar ejercicio físico para bajar de peso.

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