Nosotras, las enfermeras hipocondríacas, somos partidarias de la filosofía de hacer el amor y no la guerra. Pero siempre con precauciones, tanto para evitar embarazos no deseados, como infecciones de transmisión sexual.
Por ello, hoy os explicamos todos los tipos de métodos anticonceptivos disponibles a día de hoy, para que seleccionéis el que más se adapte a vuestras necesidades y podáis disfrutar de vuestra sexualidad de forma sana y segura.
Métodos anticonceptivos naturales.
En general son poco fiables si no se utilizan en combinación con otro tipo de métodos anticonceptivos. Además, no nos protegen de las infecciones de transmisión sexual (ITS).
- Método de la ovulación o Billings.
Un poco asquerosillo. Consiste en comprobar diariamente la textura (densidad, color y opacidad) del moco cervical. Si este es transparente y poco viscoso, quiere decir que está preparado para la lubricación, por lo que la mujer está en periodo fértil.
En condiciones perfectas, este método asegura un 97% de fiabilidad. Sin embargo, es muy complicado que se den las condiciones adecuadas para llevarlo a cabo, ya que es un método muy subjetivo.
- Temperatura basal.
Se basa en que, después de ovular, la temperatura corporal de las mujeres aumenta 0,2-0,5 ºC, manteniéndose así hasta el final del ciclo.
Aunque este método parte de un principio científicamente comprobado, la temperatura corporal puede variar por infecciones, estrés, práctica de ciertos deportes, etc. Además, la temperatura debe tomarse todos los días a la misma hora.
En condiciones de laboratorio, este método es fiable en un 98%. Pero, sinceramente, en casa es muy fácil cometer errores e inexactitudes con él.
- Ogino.
Este sistema se basa en calcular qué días son fértiles y cuáles no. Esto se deduce restando 18 al ciclo más corto y 11 al más largo. Por ejemplo, si el ciclo más corto duró 24 días (24-18 = 6) y el más largo 31 (31-11 = 20) los días de mayor probabilidad de embarazo irán del 6º-7º al 20º de cada ciclo.
Sin embargo, aún llevándolo a rajatabla, este método tiene un 9% de posibilidades de fallar debido a múltiples causas como variaciones hormonales por estrés, viajes con cambios horarios, práctica de ciertos deportes, ciclos menstruales irregulares...
- Coitus interruptus.
Consiste (como su propio nombre indica) en interrumpir el coito antes de eyacular, para hacerlo fuera de la vagina. Si se aplica a rajatabla, su eficacia es de un 96%.
No obstante, se recomienda evitarlo, ya que su fiabilidad en condiciones normales se reduce a poco más de un 70%. No es tan fácil para ellos ponerse a hacer cálculos en ese momento, un poco de piedad.
Métodos anticonceptivos artificiales.
Tienen una fiabilidad bastante elevada si se utilizan correctamente, pero lo más destacable de este tipo de métodos es que algunos de ellos nos protegen frente a las ITS.
- Preservativo masculino.
A pesar de ser el más conocido y utilizado, no es para nada el más eficaz frente a los embarazos, aunque sí nos protege de las ITS.
Bien usado, tiene una fiabilidad de un 98%. No obstante, hay que colocarlo antes de que salga nada de líquido seminal, tener cuidado de no rasgarlo con las uñas u otros objetos como anillos o piercings, retirarlo al terminar el coito con el pene fuera de la vagina y evitar que se quede en el conducto vaginal. Todos estos factores, reducen la seguridad real del condón a un 85%.
Además, os advertimos de que el látex tiene fecha de caducidad. Unos 5 años después de salir de fábrica, los preservativos ya no serán efectivos. Así que, si no queréis llevaros alguna sorpresa, ni se os ocurra utilizar esos preservativos que llevan siglos en la guantera del coche.
- Preservativo femenino.
Es una funda de poliuretano lubricada que recubre la vagina y la vulva. Puede resultar incómodo, pero es altamente efectivo contra las ITS. A diferencia del preservativo masculino, puede llevarse puesto hasta 8 horas, con lo que no hay que esperar a empezar la relación sexual para colocarlo.
Su efectividad es de un 88% real y de un 98% utilizado en condiciones ideales.
- Anticonceptivos orales (píldora).
Requiere disciplina en su toma, pues debe ingerirse todos los días y a la misma hora, sin saltarse ninguna dosis.
Bien utilizada, es efectiva en un 99,7%. Sin embargo, su efectividad real se reduce a un 92% porque hay días en los que no se toma a la misma hora, algún día en el que se nos olvida...
Hay una gran variedad de anticonceptivos orales, todos con diferente carga hormonal. Por ello, es conveniente que si queréis utilizar este método, consultéis con vuestro ginecólogo para saber cuál es el que mejor se adapta a vuestro organismo.
- Anillo vaginal.
Es un aro de plástico que se coloca en la vagina y va liberando progresivamente su carga hormonal. Debe utilizarse uno nuevo en cada ciclo y su eficacia es la misma que la de la píldora (99,7%).
- Parche transdérmico.
Es análogo al anillo vaginal en su actuación. Es como una tirita impregnada de hormonas, que la piel va absorbiendo poco a poco. Debe aplicarse sobre piel seca, limpia y sin cremas o sino podría caerse.
Su efectividad es también de un 99, 7% en uso ideal.
- Progestágenos inyectables.
Pueden ser mensuales o trimestrales, pero es el ginecólogo el que debe valorar para qué mujeres es adecuado o no su uso. Su fiabilidad es de casi un 100% en condiciones de laboratorio y de un 97% en condiciones reales.
- Diafragma.
Es como un tapón de látex o silicona que se introduce en la vagina para evitar la entrada del esperma al cuello del útero. El ginecólogo es el encargado de decidir el tamaño adecuado para cada mujer.
Conviene usarlo en combinación con un espermicida y debe retirarse 6-8 horas después del coito.
Su eficacia es de un 94% en uso ideal, pero se reduce a un 84%.
- Espermizidas.
Son cremas con sustancias químicas que matan a los espermatozoides en cuanto entran en contacto con ellas. Sin embargo, son tan "anticlímax" que hay que aplicarlos unos 10 minutos antes de la penetración y además, son poco fiables ya que solo cuentan con un 82% de eficacia en condiciones ideales y un escaso 71% en condiciones normales.
- DIU.
Es un dispositivo intrauterino que coloca el ginecólogo y puede ser de cobre u hormonal. Es fiable en un 99% de los casos ya que produce cambios en el útero que impiden la concepción.
Además, al igual que el resto de métodos hormonales tiene la ventaja de hacer las menstruaciones menos abundantes y dolorosas.
- Esponja.
Se introduce en la vagina y su eficacia dura 24 horas, con lo que se puede colocar con bastante antelación al coito. A mayores, suele impregnarse en espermicida.
En mujeres que no han sido madres su eficacia en uso ideal es de un 91% y de un 84% en condiciones normales. Sin embargo, en mujeres que han tenido hijos la eficacia de la esponja se reduce hasta a un 68%, debido a que el conducto vaginal se ha dilatado durante el parto y nunca vuelve por completo a sus dimensiones iniciales.
- Implante subdérmico.
Consiste en una varilla de unos 4 cm con una hormona (gestágeno) que va liberándose lentamente. Se implanta en el brazo con una pequeña incisión y su portadora podrá olvidarse de ser madre en los próximos 3-5 años.
Su eficacia es prácticamente del 100%.
- Esterilización masculina y femenina.
La ligadura de trompas y la vasectomía son métodos anticonceptivos definitivos, que requieren el paso por quirófano. Su efectividad es prácticamente del 100%.
- Píldora del día después.
Es un método anticonceptivo de emergencia. Nunca debéis utilizarlo de forma constate o habitual, pues podría acarrear graves consecuencias para vuestra salud. Solo debemos recurrir a esta píldora cuando nuestro método anticonceptivo habitual ha fallado debido a cualquier circunstancia.
La efectividad de este método es de un 85%.
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