venres, 18 de decembro de 2015

Curiosidades. Intolerancia a la lactosa


La lactosa es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y en la humana, y que también puede encontrarse en muchos alimentos preparados. Es el llamado azúcar de la leche, un disacárido natural compuesto de glucosa y galactosa.

La lactasa es un enzima producida en el intestino delgado, que juega un papel vital en el desdoblamiento de la lactosa, un proceso necesario para su absorción por nuestro organismo, en sus dos componentes básicos: glucosa y galactosa. Si los niveles de lactasa son bajos o ésta no realiza bien su labor desdobladora, aparecen dificultades para digerir la lactosa.
La intolerancia a la lactosa significa que no hay suficiente enzima (lactasa) en el intestino delgado para romper toda la lactosa consumida. También es conocida como intolerancia a productos lácteos, deficiencia de disacaridasa, deficiencia de lactasa, intolerancia a la leche. Los síntomas se presentan frecuentemente después de la ingestión de productos lácteos y los más comunes son: náuseas, dolor abdominal, espasmos, hinchazón y distensión abdominal, gases abdominales y flatulencias, diarreas ácidas, heces pastosas y flotantes, defecación explosiva, vómitos y enrojecimiento perianal. Entre otras.



Existe una clara relación causa-efecto con el hábito de tomar leche.  La población que se ha alimentado de la leche de los animales, presentan menos casos de intolerancia a la lactosa que otros pueblos no acostumbrados a su consumo. La mayoría de la población mundial adulta tiene déficit de lactasa, excepto la población del norte y centro de Europa

La lactasa es una de las enzimas intestinales más delicadas y vulnerables. Si seguimos tomando lactosa, se agrandará la lesión en la mucosa intestinal y se producirá un círculo vicioso: lesión de la mucosa/malabsorción de lactosa que será cada vez más difícil de solucionar.
La falta de leche en la dieta puede producir falta de Calcio, Vitamina D (necesaria para la absorción del Calcio), Riboflavina y proteínas. Las complicaciones más comunes son la pérdida de peso y la malnutrición. Por tanto, resulta esencial consumir otros productos ricos en estas sustancias, así como las dosis diarias recomendadas de vitamina A, C, Fósforo, Magnesio iyPotasio (los cuáles ayudan a la absorción del calcio). Fuentes alternativas de obtención:
Calcio: Sardinas, salmón, tofu, gambas, col, espinacas,...
Vitamina D: Aunque la crea el propio organismo cuando se expone al sol, una rica fuente es el hígado de bacalao.



Si no quieres renunciar al sabor y propiedades nutritivas de la leche de vaca, desde hace unos años puedes encontrar en el mercado marcas de leche cuya lactosa se ha eliminado o hidrolizado previamente de forma parcial llamándose “bajas en lactosa” o total “sin lactosa”. Una oferta que se ha complementado con productos derivados lácteos como quesos en diferentes variedades -gouda, emmental, etc -, quesos rallados, yogures, batidos de sabores, nata, crema, etc..
También  puedes encontrar suplementos de lactasa en forma de pastilla o cápsula que te permitirán consumir productos lácteos. Eso sí, se recomiendan para uso esporádico. Estas pastillas lo que hacen es aportar a nuestro organismo la lactasa que necesitamos para desdoblar la lactosa de una comida en concreto, así que deberás de tomarla cada vez que hagas una comida porque su efecto es momentáneo. Su principal inconveniente radica en encontrar tu dosis adecuada, ya que ésta siempre dependerá de la relación entre  tu grado de intolerancia / cantidad de lactosa ingerida.



Ya sabéis un poco más de esta alteración alimentaria.

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