Todos
tenemos alguna cicatriz que no queremos que deje huella en nuestra piel. Caídas,
accidentes, embarazos y cesáreas, cirugías, dejan cicatrices que no nos gustan
estéticamente y que queremos, si no eliminar, al menos mejorar. Os presentamos
unas cuantas opciones para tratar de solucionar su presencia.
Con cirugía
Existen
nuevos avances que mejoran notablemente el aspecto de las cicatrices no
deseadas. La técnica consiste en extirpar la cicatriz y volver a suturarla con
novedades tanto en la forma de sutura como en el tipo:
En
la forma de la sutura: todos los puntos se realizan internos, con la ventaja de
que no afloran a la superficie de la piel y no hay que retirarlo después de la
operación
El
tipo de sutura: utiliza un hilo muy fino denominado «Byosin», que no causa
reacción inflamatoria y que el cuerpo reabsorbe con el tiempo.
Sin pasar por el quirófano
Hay
un procedimiento médico-estético que elimina las estrías mediante un sistema de
radiofrecuencia que produce un efecto
térmico no sólo a nivel de la dermis, sino también a nivel de la epidermis y de
la microcirculación.
Sin dejar huella
Debemos
aprender a cómo cuidar una herida para que deje la menor señal posible. Unos
sencillos cuidados pueden hacer que la piel cicatrice mejor y las marcas que
queden sean apenas perceptibles. Estos consejos son sobre todo efectivos para
cicatrices de menos de un año, cuando el proceso natural de cicatrización de la
piel aún está en marcha, y por supuesto los resultados variarán siempre en
función de la calidad de piel de cada persona. Entre los cuidados están:
- Protegerlas. Aplicando protección solar en las cicatrices de menos de un año, incluso si el día está nublado. La piel en proceso de cicatrización es extremadamente sensible y tiende a sobre-pigmentarse muy fácilmente. Esta sobre-pigmentación se convierte en una mancha permanente y la cicatriz queda más oscura que el resto de la piel y por lo tanto mucho más visible y difícil de disimular.
- Hidratar en profundidad. Para que estén más flexibles, lo que ayudará a evitar la rotura de las fibras de colágeno, cosa que ocurre con frecuencia durante este proceso. Una buena opción es aplicar aceite de rosa de mosqueta o aloe vera. Existen otros productos en el mercado (serum y cremas) que también facilitan la hidratación y la regeneración de la piel.
- Taparlas. En contra de la creencia popular de que las heridas se deben curar siempre al aire, actualmente se recomienda lo contrario. Lo mejor es cubrir las heridas cuanto antes con láminas o gel de silicona, o en su defecto con un simple esparadrapo de papel. El objetivo es impedir la transpiración de la piel y de este modo evitar que, al cicatrizar, la piel se abulte por la pérdida de agua.
- Retirar la costra. De nuevo se contradice el saber popular que aconsejaba no tocar la costra. Las últimas investigaciones demuestran que la piel cicatriza mejor si retiramos la costra que se forma sobre la herida. Ahora se sabe que eliminarla favorece la renovación de las células de la piel. Mejora la calidad y también el aspecto de la cicatriz posterior.
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